miércoles, 9 de enero de 2008

Las mentiras y las escusas

Según decía Lenin, una mentira a fuerza de ser mencionada se convierte en verdad. Puede que tenga un poco de razón, pero sólo un poco, y yo no estoy de acuerdo con esta frase.
Está claro que la verdad es relativa, y en muy pocos casos absoluta, por ello si alguien repite mucho la misma mentira, o repite hasta la saciedad la misma excusa, esta puede llegar a convertirse en una verdad relativa, es decir, puede llegar a convencer a la gente de que esa excusa es verdad, pero, sigue siendo una mentira.
Se me viene a la cabeza la leyenda urbana de Ricki Martín, el perro y la nocilla, porque se convirtió en el video más visto en mucho tiempo, todo el mundo conocía a alguien que lo había visto, y sin embargo fue un bulo con letras mayúsculas. Por lo tanto, esta mentira a base de ser repetida se convirtió en una verdad. No obstante, en muchos casos, las mentiras se caen por su propio peso, y se descubrió que era mentira, aunque alguna gente siga creyendo que es verdad...

Cuando me he topado con este tipo de situaciones, al final lo que he hecho es desistir de intentar convencer a la persona que dice o se cree una mentira de lo contrario, máxime si ya es obsesión, porque al final lo que se convierte es en un "diálogo de besugos", por lo tanto, si una persona va falseando cosas, lo mejor es darle de lado, dejarlo como cosa perdida, por que al final, las cosas caen por su propio peso, no por gracia divina, como nos hicieron creer durante 1600 años.

1 comentario:

Mameluco dijo...

Para empezar te corregiré como suelo hacer, jajaja. Eso no lo dijo Lenin. Lo dijo Goebbels, en las antípodas del pensamiento. Pero ya sabe que los extremos se juntan.
La verdad existe. Tu lo sabes bien. Pero no la sabemos con exactitud. Las cosas en la naturaleza ocurren de una formar y nosotros solo nos acercamos a la verdad. Lo mismo pasaría con un crimen o con una discusión. Tenía pensado escribir sobre eso, pero "como no veo más allá de mi propia nariz" , como me dices, tendré desistir a hacerlo. ¿Tu no sabes que los depresivo somos egocéntricos? Y ya expuse tiempo atrás que yo era un romántico en mi blog, búscalo. Yo no tengo ningún fin en el mundo. Ando, como dices sin saber hacía donde voy. No tiene mucho sentido pero lo hago.
Lo del amanecer que tanto dices siempre me recuerda mucho a cierta copla que terminaba "...en España hay un nuevo amanecer"... (jejeje, no te enfades conmigo)
Ante ese argumento yo te digo que después de ese amanecer anochecerá de nuevo, y que lo último que haya será la oscuridad de la muerte.