domingo, 25 de abril de 2010

Algunas escenas de Semana Santa de Cordoba

La Semana santa siempre la suelo pasar en mi pueblo participando activamente, fundamentalmente como músico. Pero este año el Domingo de Ramos no tenía participación, así que nos fuimos a Córdoba a disfrutar de la Corredera y de las 4 cofradías que pudimos ver.
Por supuesto empezamos la jornada en la corredera con unas cervecitas y unas delicias cordobesas.


Luego nos metimos por el Realejo para ver el Rescatao, y vimos a un intrépido costalero haciendo de escalador para retirar un cartel que entorpecía el paso del Rescatao.


Mientras todo esto ocurría la Banda de Palio descansaba. Luego se quejan de la banda de Castro, pero estos eran del estilo a nosotros, en cuestion de corros me refiero, luego tocaban realmente bien.


Tras el Restacatao, nos fuimos a Carrera Oficial donde vimos la cofradía del Huerto, y su Amarrao. Se pueden contemplar al fondo las columnas romanas del templo que está justo en el Ayuntamiento de Córdoba.



Finalmente, terminamos la jornada en la Cuesta del Bailio, donde La Esperanza de Córdoba hace un espectacular descenso de la cuesta escalonada.


sábado, 10 de abril de 2010

Chernóbil, un encuentro con la realidad

Durante mucho tiempo he estado discutiendo con ecologistas, estudiantes, compañeros y amigos acerca de un accidente que ocurrió hace casi 24 años. Este accidente no es otro que el que se produjo en el reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl, conmocionando a toda la sociedad y en especial a los profesionales e investigadores relacionados con el sector nuclear. Durante la realización de un experimento, el reactor número 4 de Chernobyl sufrió un aumento de potencia inesperada e inimaginable causando una expansión de vapor. Esto originó que la cabeza del reactor se elevara decenas de metros rompiendo las barreras de protección de las que disponía este diseño ruso (un insignificante techo de una nave industrial). Las causas de este accidente se pueden agrupar en dos tipos, 1) diseño deficiente y 2) falta de cultura de seguridad. Este reactor es del tipo RMBK ruso y presenta muchas diferencias en cuanto a diseño respecto a los occidentales. Algunas de estas diferencias les confieren características que resultaron ser precursoras del accidente. Cabe destacar en este apartado la inexistencia de un edificio de contención (1.5 metros de hormigón que hubiera retenido la radiactividad en su interior). En cuanto al segundo grupo de causas, operadores no suficientemente experimentados violaron procedimientos de operación para realizar el experimento, además de desactivar todos los sistemas de seguridad que previenen y ayudan a mitigar posibles accidentes.
Vista aérea del reactor 4 tras el accidente

Las consecuencias de este accidente son por todos conocidas: decenas de muertos en los primeros meses, cientos de miles de desplazados, una nube radiactiva que se propagó por Europa y Asia, además de una zona de exclusión de 30 km de radio alrededor de la Central Nuclear.
Hoy día, 5000 personas se acercan a la central nuclear de Chernobyl como visitantes cada año. Además, en esta instalación trabajan aproximadamente 3200 personas, fundamentalmente en el control de la instalación y en algunas tareas de preparación para el desmantelamiento de los 4 reactores. 2000 fue el año en que se paró el último reactor en funcionamiento de esta planta, el nº 3.
Hace cuatro meses (Nov 2009) tuve la oportunidad de realizar una visita técnica a la Planta Nuclear de Chernobyl y sus alrededores. La llegada a la planta nuclear está precedida por el paso por dos controles de seguridad, a 30 y 10km respectivamente. A la llegada al emplazamiento sorprende ver dos torres de refrigeración inacabadas y dos edificios con multitud de grúas. Estos edificios no eran otros que los reactores 5 y 6 que estaban en el proceso de construcción cuando ocurrió el accidente en el reactor 4, y con los que se completaría la que hubiese sido la mayor instalación nuclear del mundo en aquellas fechas.
Una vez en el interior de la instalación se pudieron contemplar varias de maquetas de la instalación tal y como hubiera sido de no haber ocurrido el accidente (6 reactores en lugar de 4), además de una maqueta de este tipo de reactores, diseño RBMK. Posteriormente se visitó la sala de control de la unidad 1, que contiene todos los paneles de control de esta unidad y de sus turbinas. Por último, se pudo visitar el edificio de turbinas, un edificio de 500 metros de longitud que albergó las turbinas de los cuatro reactores que estaban funcionando en el año 1986.

Vista exterior de la planta nuclear de Chernobyl

Entre las peculiaridades de esta instalación puede destacarse la ciudad que existía a 2 km de distancia, Prypiat. Ésta fue concebida para albergar a los trabajadores de la planta nuclear y los que en aquel momento estaban trabajando en la construcción de los reactores 5 y 6. En el momento que se produjo el accidente residían 50.000 personas en esta ciudad. Varios días tras el accidente la ciudad fue evacuada con instrucciones de coger exclusivamente lo imprescindible, que en semanas volverían, pero este regreso nunca se produjo. Hoy en día, este lugar es una ciudad fantasma, donde la vegetación se ha adueñado de calles y plazas, y donde el pillaje y el vandalismo han actuado durante casi 25 años.

Parque atracciones Prypiat, con la noria al fondo
El sarcófago, otra de las imágenes más representativas de Chernobyl, sigue albergando el reactor accidentado así como muchos de los materiales que fueron diseminados por los alrededores como consecuencia del accidente. Este escudo protector, previsto para una duración de 30 años, fue construido sin diseño previo. En breve será retirado y sustituido por una super-estructura que permitirá comenzar el desmantelamiento. Este proyecto está siendo financiado por un conjunto de países donantes los cuales ya han aportado una cantidad de 130 millones de euros.

Vista del Sarcófago al fondo
Tras la visita a Chernobyl, estar a escasos cientos de metros de su sarcófago, y pasear por las desiertas calles de Prypiat, tengo la certeza de la injusta sentencia de culpabilidad que pesa sobre de la energía nuclear al atribuírsele el accidente que ocurrió hace ya 24 años, y que ha hecho correr ríos de tinta. La decadencia de un sistema político, la irresponsabilidad de realizar experimentos con un reactor de diseño deficiente, y la flagrante falta de cultura de seguridad fueron los verdaderos causantes del mayor accidente nuclear de nuestra historia. Hoy se tiene el convencimiento que un accidente como este no puede ocurrir en Occidente. Así pues, esta visita me ha servido para reforzar mi confianza en la tecnología occidental, en los estándares de calidad, la seguridad, y los grandes profesionales con los que contamos en Occidente en general y en España en particular.