Este fin de semana pasado era el segundo fin de semana de rebajas, y me di una vueltecilla a ver si conseguía comprarme una camisa para algún acontecimiento venidero. Pero para mi sorpresa las camisas que me quería comprar estaban a 49 euros, y rebajadas.
No se me puso el cuerpo malo, ni nada de eso, pero me parece una absoluta barbaridad que una camisa cueste lo mismo que un día de aceitunas (7horasX7e/h), y un día de aceitunas no es precisamente un día de risas, o divertimiento, y menos estos últimos de navidad, donde frío, agua y niebla estaban presentes.
¿Hasta donde va a llegar este tipo de situaciones?, situaciones donde tienes que trabajar un día para comprarte una camisa. La gente se extraña de lo que dicen que sube el IPC, y lo que realmente suben los precios, y no ya lo que pagan los consumidores, sino las tremendas diferencias entre los productores y los consumidores.
Pero el enfoque de hoy es la tremenda diferencia entre los sueldos de los trabajadores del campo, y la inflación, es tremenda, hasta el punto que a veces pienso, que una persona difícilmente podría llevar a una familia con un sueldo exclusivo de trabajo en el campo, como antiguamente se hacía. Pero claro, antiguamente los agricolitos no íbamos a comprarnos camisas PdH al cortefiel, hoy alguno que otro va, y se la compra, yo este sábado fui incapaz. Puede que otro día pueda hacerlo, pero habiendo trabajado estas navidades, y teniendo la comparación tan fresca, no fuí capaz. Lo dejaré para otro día en el que ya no tenga callos en las manos.
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